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Un bebe en el trabajo

Un mes antes de que mi bebe se gestara, el gran proyecto por el cual había estado trabajando "La Casa Del Alma" comenzaba a fluir, era octubre cuando estaba planeada la inauguración, dos días antes me entere que ese pequeño ser ya estaba en mi vientre. Tuve 38 semanas exactas para dejar funcionando aquel lugar y después dejar por unos meses aquel proyecto que había tardado un año y medio en nacer, tres años antes comenzaba a formar grupos de mujeres para hacer el viaje personal fuera de la ciudad. Estaba convencida de que podía hacer todo: Ser una madre presente, seguir construyendo el centro holístico, armar una marca de herramientas para curar el alma, y seguir viajando con los grupos. El primer año de mi hijo lo lleve todos los días conmigo al trabajo, cargando su carriola, su cunita, juguetes, comida, sacaleches... A partir del segundo año lo incluí en mis viajes, cada retiro que hacia él venía en el paquete incluido, con todo lo que implica viajar con un bebecito incluyendo a su abuela. Echando la vista atrás veo lo importante que ha sido conformar esa relación bebe-trabajo para el despertar de la energía de las mujeres y comenzar por honrar nuestros ritmos, que es algo místico que nos permite SER, como cada una necesita ser en su interior.


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